Es esperpéntico el discurso del PP en boca del Sr. Bonilla, que bien podriamos representarlo en una tarimilla con los brazos en cruz trayendo los demonios del pecado y clamando por la coherencia.
A quién quiere engañar el Sr. Bonilla hablando de las bondades de la maternidad y el pecado del aborto. Cuando interpreta a las mujeres, cuando interpreta nuestros sentimientos y pone en entredicho nuestros derechos, no solo que se le ve el plumero sino que se le transparentan las verdaderas ideas y nos pone muy claro que si pudiera o dependiera de él las mujeres no tendríamos derecho a nuestro cuerpo y tampoco seguridad sanitaria para ejercer esos derechos.
Hay un abismo entre lo que él predica y lo que la mayoría de las mujeres pensamos. La maternidad es una decisión libre y que tiene también su oportunidad y sus circunstancias. Es una gran responsabilidad que además dura toda la vida. Y no puede ser porque no se tenga más remedio o como en otros tiempos porque no se tenia dinero para ir al extranjero a abortar.
La ley del aborto ha puesto orden y justicia, ha hecho efectivo y seguro un derecho que tenemos las mujeres y que no nos desprestigia ni nos hace incoherentes a las que defendemos la libre elección de ser madres por desición personal y no delincuentes cuando tomamos medidas para no serlo.
Soy madre y me siento feliz y orgullosa de serlo, pero si alguna vez hubiese tenido la necesidad de abortar hubiera querido contar con el amparo de la actual ley y con la comprensión, la seguridad y el respeto con el que la mayoria de la ciudadania trata hoy estos asuntos y que a las mujeres nos ha costado siglos lograr. Un homenaje a la maternidad es un homenaje a la libertad de las mujeres.
Y Usted Sr. Bonilla guárdese los discursos baratos a los que nos quiere acostumbrar y piense que la ciudadania de este municipio tiene criterio, inteligencia y le perdió el miedo a sus malos augurios.
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