domingo, 8 de abril de 2012

LA “MALICIA DEL PECADO” HA TOCADO A LA IGLESIA DEL OBISPO DE ALCALÁ

De la misma forma que el Obispo juzga a los demás, debería juzgar a los pederastas que su Iglesia esconde.  No pueden hablar hasta que no pongan ante la justicia a los corruptos que ellos tapan.
Estamos hartos de que obispos y cardenales usen el púlpito para tachar de “enfermos” a las personas que tienen los mismos derechos que cualquier ciudadano. Hartos de que den bendiciones a los que están siendo torturados, a los que van a la guerra, que les den la comunión a los que defraudan y que metan debajo del palio a dictadores y mafiosos.
Ya está bien de que los inmorales prediquen moral, de que  los que no contribuyen prediquen caridad, de que las mentes morbosamente calenturientas prediquen castidad.

No hay comentarios: