Y en el Pleno Ordinario de abril, en dos ocasiones dijo Bonilla, “me tendré que quedar solo”. No quiere a la posición de testigo de sus procedimientos y de sus tropelías pero parece que a sus concejales tampoco. Nosotros le contestamos, le replicamos y no nos doblegamos a sus imposiciones, por eso nos sanciona y nos expulsa con actitud machista, autoritaria y diciendo que él es el que manda. Dado que Bonilla es el que manda y ordena el Pleno, todo transcurre en un ambiente crispado y de autoritarismo, escaso diálogo, sin ningún respeto a la oposición y con una falta total de generosidad por parte del grupo mayoritario. El Pleno es fiel reflejo del Alcalde. Solo vale él, solo sabe él, solo tiene sentido que hable él.
A este Pleno, Bonilla llegó nervioso e inquieto, revoloteaba en su cabeza la forma de hacer que el PSOE desapareciera antes de llegar a ruegos y preguntas. El motivo era no verse obligado a contestar la pregunta del PSOE sobre el manejó la Caja B del Partido Popular, mientras él fue el Secretario General de Málaga, y si cobró sobresueldos, o recibió sobres. Está claro que tiene algo que esconder porque no quiere escuchar hablar del tema. Al final solo posterga el mal rato porque seguiremos preguntando hasta esclarecer la oscura financiación del PP y ver cómo se castiga a los corruptos.
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