CON LA MAYORÍA ABSOLUTA DEL PP DE VÉLEZ MÁLAGA SE APRUEBA LA ORDENANZA DE CIVISMO Y CONVIVENCIA

            Las generaciones que nos hemos responsabilizado e implicado en conseguir que la educación sea el eje vertebrador de la convivencia democrática y que sabemos que para que eso sea posible es clave la gratuidad y universalidad de la educación, nos resulta como mínimo sospechoso que un gobierno quiera reglamentar todos y cada uno de los comportamientos y acciones de la ciudadanía y que el instrumento más importante para lograrlo sean las sanciones.
            Si a ello le unimos que el PP nos ha demostrado que no está por revitalizar e impulsar la educación pública, los hechos lo demuestran con los recortes presupuestarios y con el descarado apoyo a la educación privada en detrimento de la pública.
            Si también le unimos que no se fija financiación en los presupuestos que ha elaborado y aprobado el PP, en este Pleno,  para ningún tipo de campañas, animación social, participación ciudadana, ni medios humanos de socialización como podrían ser policías locales, mediadores sociales, animadores, etc. nos dice alto y claro que esta ordenanza será pura represión y cero patatero en  educación y en lograr el comportamiento cívico por convencimiento.
            Prueba también lo que digo, que con la ordenanza de limpieza se han puesto 350 multas, según datos del Ayuntamiento y las aceras siguen llenas de caca de perro y alrededor de los contenedores bolsas de basura y todo tipo de trastos.
            Lo que falla es el fondo, la filosofía de vida, convivencia y educación, por tanto las ordenanzas son papel mojado. Por lo que el artículo 4 nace fallido, mucho discurso pero medios concretos ninguno. Se apoya solo en el voluntarismo tal como lo manifiesta en el artículo 5. Y al menos podría haber arbitrado los medios, en las bases de ejecución del presupuesto que la recaudación de las sanciones se utilicen en la educación ciudadana.
            Ahora espero que el PP dé ejemplo en las campañas electorales para no poner pancartas en vallas ilegales y no autorizadas (Art. 9). Y que ya que sancionan todo tipo de conductas proporcionen alternativas de ocio, encuentro y convivencia en espacios públicos adecuados y acondicionados  para disfrute de toda la vecindad. Porque prohibir simplemente es el camino corto, el atajo en la acción política y no perdura en el tiempo.