Me sorprende que cuando escucho a
una mujer hablar en contra de la maternidad subrogada, siempre se trate de las que tocan
de oído. Cansan los discursos de hombres y mujeres que intentan abducir o
tutorizar a otras mujeres. Queremos ser libres para tomar las decisiones que
creamos oportunas, sea prestar nuestro vientre, sea para abortar, sea para
elegir nuestra orientación sexual. Lo que debería ser responsabilidad y
actuación de todas y todos los paternalistas y la Administración es garantizar
que cualquiera que sea la decisión de las mujeres no se les criminalice y
tengan garantías de seguridad jurídica, sanitaria y personal para poner en
acción esas decisiones. Y me gustaría escuchar y comprobar esa gran pasión para
defender el abuso del cuerpo de las mujeres cuando, por ejemplo, trabajan limpiando o haciendo camas 12 horas,
le pagan por 6 y le cotizan por 4. Porque trabajamos con el cuerpo, con el
mismo cuerpo del que queremos disponer como creamos oportuno y por los motivos
que creamos oportuno. Regularizar siempre es positivo pero siempre que no se
trate de inmiscuirse y coartar. El que las mujeres sean libres tiene el riesgo
de que se les dé por tomar decisiones sin consultarle ni con Dios ni con su padre.
Pero ese riesgo es igual para hombres que para mujeres. Y al fin, la educación,
la igualdad de oportunidades, la convivencia en libertad, la solidaridad serán
los valores que orienten nuestra personalidad y que ejerzan de modo natural la
conformación de nuestras decisiones. Pero no son las prohibiciones ni la
criminalización lo que construye una sociedad libre, justa y solidaria. No
estoy de acuerdo con ningún tipo de abuso o maltrato, pero coartar la libertad
no poniendo los medios para su ejercicio o desprestigiando o metiendo miedo o
criminalizando es una forma moderna y sibilina de maltrato y abuso.
Y no solo los ricos optan por
este medio. También hay familias que con muchas ayudas, sacrificios y ahorro de años llegan a
lograrlo. Y que viven con angustia, incertidumbre y el estigma de algunos un
proceso largo para llegar a buen puerto. Y que con seguridad serán padres y
madres maravillosos que lucharan siempre por el bienestar de sus hijos e hijas
y que comprenderán y ayudarán a otras personas y abrirán un camino que a la
vuelta de unas décadas será tratado con el respeto y la dignidad que se merece.
He escuchado algunos comentarios respecto
de que querer tener hijos no es un derecho sino un deseo como queriendo
quitarle mérito o valor. Y yo creo que es más serio y más importante que eso
“ES EL MÁS ALTO COMPROMISO CON LA HUMANIDAD, PORQUE ES EL ÚNICO MEDIO DEL QUE,
POR AHORA, DISPONEMOS PARA PERPETUAR LA ESPECIE”. Necesitamos una sociedad
donde haya muchos más niños que vivan alegres y felices, así es que a luchar por ello.
Soy feminista, de izquierda y estoy en contra de todo tipo de maltrato. Pero sigo convencida de que las mujeres podemos y queremos ser libres y que no necesitamos que ejerzan presión sobre nosotras con el argumento de que nos quieren salvar de nuestra libertad y de tomar nuestras decisiones. Cuando en realidad lo que esta sociedad necesita son medidas, instrumentos, medios para que el ejercicio de nuestra libertad sea posible, seguro, digno y se generalice aquí y fuera de aquí.
Soy feminista, de izquierda y estoy en contra de todo tipo de maltrato. Pero sigo convencida de que las mujeres podemos y queremos ser libres y que no necesitamos que ejerzan presión sobre nosotras con el argumento de que nos quieren salvar de nuestra libertad y de tomar nuestras decisiones. Cuando en realidad lo que esta sociedad necesita son medidas, instrumentos, medios para que el ejercicio de nuestra libertad sea posible, seguro, digno y se generalice aquí y fuera de aquí.
En otro momento os contaré lo que
pienso de la adopción nacional e internacional y la mala organización y
burocratización que al final los que la sufre son los niños sin una familia que
los amen y los cuiden.